viernes, 2 de marzo de 2007

MIS TRES LUGARES DE TRABAJO

Quiero presentar nuestros lugares físicos de trabajo, donde desarrollo mi terapia basada en la energía. Creo que es una poderosa herramienta que permite un crecimiento de nuestra personalidad, una elevación espiritual, un mejoramiento de nuestra salud.

Hace años que mi curiosidad por conocer algo que sirva más para crear salud me llevó a aprender e integrar disciplinas y conocimientos tan antiguos como el Tai Chi, Chi Kung y Eneagrama con terapias tan actuales como la Sistémica y la Gestáltica.

De resultado de esta combinación ha surgido una poderosa herramienta terapéutica cuyo resultados están a la vista.

La práctica de ese legendario arte llamado Tai Chi, es una meditación en movimiento que produce efectos benéficos tanto a nivel físico, energético, como espirituales. Es algo muy complejo pero lo vamos adquiriendo pacientemente y con entusiasmo. Así mismo practicamos el Chi Kung que son ejercicios para prevenir enfermedades a través del proceso de generar energía.

El conocimiento llamado Eneagrama es una herramienta muy potente que permite trabajar nuestros aspectos sanos de la personalidad, potenciándolos e intentando llegar a nuestra esencia.

Las Psicoterapias que son de carácter breve, operativas y vivenciales, resuelven problemas trabajando con el aquí y ahora, en un enfoque circular y con un espíritu humanitario.

Incorporo la Homeopatía como Medicina Moderna, Energética, individualizada.

Una vez que te he presentado mis tres lugares físicos de trabajo y mis tres herramientas fundamentales que son las gimnasias chinas, el conocimiento de la personalidad y las psicoterapias, quiero ofrecerte tres deseos que también me los ofrezco a mi:

El primero es que podamos conocernos y trabajar juntos para estar mejores tanto vos como yo.

El segundo para que estando mejor podamos hacer que nuestros seres queridos se sientan también mejor.

Por últimos que estas mejorías personales y de nuestros seres cercanos se transformen en una beneficio perdurable para la humanidad.

1 comentario:

Agustín Marcó del Pont dijo...
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